7 de septiembre de 2009

Mi reflejo.

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Me duermo lamiendo mis heridas
que gotean mis sueños que no quise soñar.
Están amargas como mis palabras
que dediqué a los tontos y a los olvidados
que alguna vez se refugiaron en mi cama.


Se me caen las pestañas
que quemé de tanto mirar al sol
tratando de encontrar estrellas escondidas
para hacerle un regalo a la muerte
y pagar mi entrada al cielo.


Camino sin adornos por las escaleras que caen
que quieren desafiar mi despedida.
Te digo adiós y no lloro
Me despido y no te olvides de desempolvar primero
lo que se nos quedó afuera
y se ensució con mi lluvia.


Saqué hasta la última espina de nuestras rosas
Para que no sangres cuando las peines,
para que los secretos sigan siendo nuestros.
Mi aromo se deshoja tranquilo
y me mira con sabiduría
colgando desde la calma de nuestra almohada.


Lamo mis heridas
pensando en cada una de las horas
que pasaron por mi ventana.
Pensando en la escultura que hicimos juntas,
en medio de nuestra calle iluminada por dentro
y que nombramos como a nuestra vida.


CarmenGj.
Septiembre 09.